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Rey de Midland
(ミッドランド国王, Middorando kokuō)
Debut
Dobladores
Español Rafael Calvo[1]
(Berserk: La Edad de Oro II - La Batalla de Doldrey)
Japonés Tamio Ōki
(Berserk (1997))
Nobuyuki Katsube
(Berserk (películas), Berserk (2016))
Inglés Jeff Swarthout
(Berserk (1997))
Christopher Corey Smith
(Berserk (películas), Berserk (2016))
Información
Especie Humano
Género Masculino

El rey de Midland (ミッドランド国王 Middorando kokuō?) fue el gobernante de Midland durante los últimos años de la Guerra de los Cien Años. A pesar de tener un papel prominente durante La Edad de Oro, su nombre nunca es mencionado. Inundado por las responsabilidades de su trono, su único consuelo era su hija Charlotte que para él era la única fuente de calor en su existencia.

Apariencia[]

Era un hombre alto, con cabello y rasgos faciales largos. En el manga, su cabello se encaneció y su cuerpo quedó demacrado un año después de que encarcelara a Griffith.

Personalidad[]

El rey actuaba como un hombre justo, sabio y generoso, que permitió a la Banda del Halcón entrar en las filas de la nobleza, y los recompensó generosamente por su ayuda contra Tudor. El rey reconocía el talento de Griffith, algo que otros nobles no aceptaban debido a que era un plebeyo. El rey pensaba que el valor de un caballero no venía dado por el linaje o la posición social, sino por el talento y la actitud. También fue considerado por su segunda esposa como un buen rey, aunque pobre esposo y amante. En algún momento durante su reinado, comenzó a ver su deber para con la nación, la historia y sus súbditos como una carga y le afectaron las tensiones y presiones de su posición como gobernante de Midland. Veía al mundo como un lugar en el que las guerras y las muertes no dejaban de suceder por décadas, solo para tener un pequeño momento de paz. Y pese a que todo esto se escapaba de su deseo como rey, no podía abdicar. Sólo su hija Charlotte, a quien amaba profundamente, le parecía lo único bueno en su vida. Esto derivó en una lujuria reprimida por ella. Cuando la asaltó en un momento de debilidad, Charlotte comenzó a despreciar a su padre y este se vio reducido a una sombra decrépita y enloquecida de lo que alguna vez fue, agravada por la culpa y el rencor hacia Griffith.

Biografía[]

Pasado[]

En su juventud, salía a batallar con sus vasallos. Cinco años antes del rescate de Griffith, y para paliar la carencia endémica de soldados, fue quien escogió a Wyald como jefe de los Caballeros del Perro Negro. El rey los mandaba a los frentes más remotos durante la Guerra de los Cien Años, especiamente para alejar a Wyald (a quien temía) del centro neurálgico del ejército y de su presencia.

La Edad de Oro[]

Debido a las grandes victorias de la Banda del Halcón, el rey apoyó a Griffith a pesar de ser un plebeyo y la desaprobación de la nobleza y, finalmente, le otorgó el poder sobre los ejércitos de Midland además de un título nobiliario de vizconde y más tarde conde por su papel en las batallas. Bajo su punto de vista, con autoridad y rango no se vencen guerras ni se alimenta una población y, por ello, sus esperanzas estaban puestas en los "guerreros del pueblo", de quienes decía que eran los pilares sobre los que se apoyaba la nación. Cuando se le informó de que Griffith había salido del castillo a escondidas, sospechó que había estado con Charlotte. El respeto que una vez le tuvo se convirtió en desprecio y se encargó de castigar personalmente a Griffith y azotarlo en un calabozo. Cuando Griffith dedujo los sentimientos del rey hacia su hija una vez este le contó que ella era su única fuente de calidez, el rey mostró un lado frenético e implacable, ordenando la tortura de Griffith durante un año e incluso amenazando a sus guardias, advirtiéndoles que si alguna vez oía escuchar a otra persona hablar de ese asunto, la pena capital recaería sobre ellos y sus familias.

Con la Banda del Halcón sin líder, intentó acabar con ellos con un ataque del ejército. En este momento, un arrebato le hizo intentar violar a Charlotte, que apenas pudo salvarse del ataque. Cuando se dio cuenta de qué había intentado hacer, el sentimiento de culpa fue tan enorme que hizo que su salud decayera y envejeciera prematuramente. Para aquel entonces, lamentaba el cómo su hija se negaba a hablar con él, habiéndose encerrado en sus aposentos debido a cómo se había avalanzado sobre ella con aviesas intenciones trastornado por los celos. Sin embargo, todavía culpaba a Griffith por haber "cambiado y mancillado" a su hija, no importándole perder la corona de existir un modo de hacérselo pagar. Cuando Griffith fue rescatado de la Torre del Renacimiento un año después, el rey intentó acabar con ellos de igual forma, primero con los Bakiraka y después con los Caballeros del Perro Negro.

Poco después del regreso de Griffith al plano terrenal, su salud había empeorado aún más, y no tardó en morir en su cama. Como último deseo, pidió ver a Charlotte, pero esta se negó, ya que no le reconocía como su padre. Al final de su vida, tuvo una visión de su hija con Griffith de nuevo, dándose cuenta de que el apoyo que había ofrecido a Griffith tenía sus raíces en su deseo de que este tomara su lugar. De este modo, él podría finalmente liberarle de la fría soledad de su deber como rey.

Curiosidades[]

  • En Berserk (1997), los sentimientos del rey por su hija nunca se aluden, ni son mencionados por Griffith.
  • En la trilogía de películas, los sentimientos del rey por su hija nunca se confirman del todo y Griffith simplemente los alude. Sin embargo, la reacción del rey a la propuesta de Griffith sigue siendo igual de frenética y enfurecida.
  • En Berserk (2016), la visión del rey fue omitida de la historia.

Galería[]

Referencias[]

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