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Nombre no oficial
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Se trataba de una serie de personas de alta alcurnia que despreciaban a Griffith por su rápido ascenso (el cual le otorgó popularidad entre el pueblo llano y confianza con el rey), aún no siendo un noble. Tras la Batalla de Doldrey y las noticias de que sería nombrado general con el rango supremo, este grupo dispuso terminar con su vida antes de que ganara aún más poder e influencia, superando a nobles como ellos y no compartiendo el poder en su ascenso político. Así, Foss tuvo la idea de envenenar su bebida en la fiesta del fin de la Guerra de los Cien Años con veneno de antiaris. Esto no era sino una idea que partió de haberle sugerido a la reina que la muerte de Julius (que había sido su amante) había sido un plan del propio Griffith. Esta conjura se plasmó en un pacto de sangre.
Sin embargo, el propio Halcón descubrió esta conspiración contra su persona habiendo previsto que Foss le traicionaría y recurrió a secuestrar a Elise, hija de Foss, usando a dos hombres que Guts mató poco después. Tras el aparente éxito de la misión, el grupo se reunió una vez más, dejando Foss la sala para comprobar el caos que la muerte de Griffith habría producido. Poco después, y para su horror, Grittith apareció vivo, habiendo producido un incendio en la zona en la que se encontraban, de la que ya no podrían escapar. El joven tranquilamente explicó que no era veneno lo que él había ingerido, sino un compuesto de hyoscyamus (un mejunje de beleño) que le había dejado en un estado de muerte transitoria. Tras unas palabras con la reina, Griffith se fue de la escena del crimen, encontrándose con Foss y rompiendo el pacto de sangre al saber que Foss tenía demasiado miedo como para ser una amenaza.
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