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Este es el hombre de hablar arrastrado-posiblemente por su labio leporino-que tortura a Griffith cuando es capturado y azotado por el Rey de Midland en la Torre del Renacimiento. El rey le permite hacer lo que quiera con él, siempre y cuando no muera. Cuando son dejados a solas, el Beherit de Griffith le llama la atención pero, al tomarlo para sí, lo suelta cuando este abre uno de sus ojos inesperadamente. El colgante cae entonces por las cloacas de la celda.
Cuando el destacamento de la Cuadrilla del Halcón se infiltra en la torre para rescatar a Griffith, el torturador acecha sigilosamente al grupo hasta que aprovecha para encerrarlos a todos en la celda en la que el Halcón se encontraba. Allí anuncia que es el carcelero del lugar y que ha dado la voz de alarma a los soldados, y narra cómo torturó a Griffith: primero cortó sus tendones, luego, sus uñas y piel, evitando siempre que fueran heridas mortales. Al final, muestra cómo ha hecho de la lengua de Griffith su amuleto de la buena suerte.
Esto enardece a Guts, y, pese a que la puerta de la celda es cuatro veces más densa que las normales, es capaz de echarla abajo y atravesar al torturador. Sin miramientos, le corta la lengua y le lanza al vacío.
